*Silvestre de la Toba, otro ciudadano de bien que se nos va.
Un ciudadano normal, como Usted o como yo, ese era Silvestre de la Toba Camacho. Hoy es otro menos de los buenos, en esta sociedad paceña, cuya quietud y tranquilidad ha sido rota por el percutir de las armas, desde hace ya más de tres años...y contando.
Lamentable la muerte del presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, así como la de su hijo de 20 años y de muchos otros ciudadanos, algunos de los cuales, sin deberla ni temerla, incluyendo niños, se han visto en medio del fuego cruzado y hoy pasan a ser parte de la estadística, en este baño de sangre en que se ha convertido, principalmente, el sur de la entidad.
Seguramente Silvestre de la Toba, como Ángel Nery, el joven boxeador cabeño; el ciclista Ernesto Núñez; el ingeniero Víctor Manuel Morales, en Caligas y tantos más, que ninguna relación tenían con la delincuencia organizada, el día de su muerte salieron a hacer su vida de manera normal. Unos a trabajar, otros a ejercitarse, a divertirse, a visitar familiares, a las compras o, como es costumbre local (o era) salir simplemente a dar la vuelta.
El 20 de noviembre, de asueto, junto con su familia, a eso de las 7:00 de la tarde, el presidente de la CEDH probablemente se dirigía a su casa, a fin de prepararse para el reinicio de actividades al día siguiente, luego del "puente". Ya no pudo ser. Su vida se apagó, junto a la de su hijo, mientras su esposa y su hija de 17 años, quedaban heridas y al parecer, afortunadamente, ya superada la gravedad física.
Sin embargo, cómo reparar el daño emocional que implica la perdida de un ser querido, principalmente cuando ésta se da de manera tan atroz. Ya son varias las familias que se ven reflejadas en este hecho, porque cuando la vida parece caminar normal, con sus bajadas y subidas, de pronto, de la nada, como un relámpago, todo se transforma y a partir de ahí, ya nada vuelve a ser igual.
Entre los reporteros de la nota policiaca se ha popularizado la tonadita de "Otro más, otro más!!", cada que se sabe de una persona "ejecutada", sin embargo, en esta ocasión diremos que es "Otro Menos" de los miles de ciudadanos cuya aspiración en la vida es fortalecer el núcleo familiar y en base a ello, aspirar a mejores niveles de vida, para contribuir con una sociedad más productiva.
Así debió pretenderlo Silvestre de la Toba con sus hijos y su esposa, pero lamentablemente su aspiración se ha truncado para siempre. Ojalá su muerte no sea en vano, como la de otros que se han quedado en el camino a raíz de la violencia que nos azota y sirva para que quienes aún estamos aquí, desde el hogar, la escuela, el trabajo, la calle y desde donde sea, se pueda levantar la voz, para exigir que se nos devuelva, la paz que nos arrebataron.