- Venderse
al mejor postor ante la crisis
No se sabe a ciencia cierta cuándo Baja California Sur perdió
el rumbo, lo cierto es que de pronto, de ser una entidad sui generis, con su tranquilidad, inocencia y belleza, pasó a ser
una copia bien hecha de otras entidades y regiones del país, donde los
problemas sociales, económicos y políticos los habían absorbido desde hacía
tiempo. Lejos quedaron aquellos tiempos de paz, convivencia y respeto que
existía en una sociedad que no dejaba de llamar la atención de los fuereños.
Hoy se vende al que mejor paga y los padrotes son quienes detentan el poder, al
llevarse las jugosas ganancias que deja una entidad mancillada.
Hoy algo que distingue al estado, es que se ha quedado sin personalidad propia y sus problemas cada vez son mayores. Falta empleo, agua, servicios eficientes, seguridad, empleos bien pagados. Hay de sobra muertitos, contaminación, ventas irregulares de tierras, invasiones y eso, va minando seriamente el buen andar de la entidad, pero lo peor es que todo mundo se hace el desentendido y así, los que la llevan son aquellos que buscan construir, hacer algo por su tierra -por nacimiento o por arraigo- y poco pueden lograr porque no están en el gobierno.
Tal vez se deba a un proceso natural, como aquella jovencita
que en sus primeros años es mimada y apapachada, pero conforme va madurando,
las exigencias son mayores, al mismo tiempo que es asediada y codiciada.
Lamentablemente los gobiernos autónomos o electos, nunca supieron asimilar esta
situación y fueron más chambistas que proyectistas y la Baja Sur se fue
quedando sin salida ante los efectos globalizadores, que entre otras cosas
trajo aparejado el agandalle, la depredación y el abuso, que da como resultado
que hoy, al viejo estilo, a río revuelto, ganancia de unos cuantos.
Si el PRI se durmió en sus laureles pensando en que las
mieles de la corrupción serían eternas, no se equivocaron, solo que se
indigestaron. La salvación pudo ser el PRD, pero hecho como estaba de priistas
resentidos porque no les tocaba una rebanada más grande del pastel, al
principio hizo algunos cambios trascendentes, pero después fue "todo
pa'acá" y obvio, siguió faltando proyección. El PAN, formado por muchos de
esos expriistas, a seis años de estar ocupando el Palacio de Gobierno, sigue
sin dar luces y todo parece indicar que ni las dará, agobiado como está de los
problemas internos por falta de dinero y acongojado como anda por los vaivenes
de las broncas externas a nivel nacional e internacional.
Ah pero eso sí, ya andan trabajando en fortalecer a quienes
habrán de suscederlos en el cargo, si es que los ciudadanos se empeñan en
equivocarse. Aunque de hecho, quien quiera que llegue en cuatro años y medio
más, seguramente poco hará también porque el sistema gubernamental está tan
viciado ya, producto de esa importación de malas costumbres y trinquetes, que
mejor hará lo que sus antecesores: asegurar un buen nivel de vida a sus
familiares y amigos y dedicarse a nadar de muertito, como ahora y como siempre.
Tenemos un gobierno estatal que más bien es un club de amigos
y familiares. Un Congreso del Estado con diputados que no legislan para el
pueblo, sino para el Ejecutivo. Un Poder judicial que dictamina en función del
monto y el acuerdo político. Las dependencias estatales están más preocupadas
por llenar datos y estadísticas que garanticen recursos federales, antes que
cumplirle a los ciudadanos. Hay una burocracia asfixiante que ni fortalece al
gobierno y ni sirve al ciudadano.
En este momento Baja California Sur es esa misma jovencita
que alcanzó la edad de merecer y ante la falta de guía y orientación, cedió a
las acechanzas de los depravados, vendiéndose al mejor postor y así, ha tenido
que ir perdiendo gran parte de su virginal riqueza social y natural, la cual ha
ido pasando a manos conocidas y desconocidas y lo propio ya casi es nada,
todo porque la gente del poder no tuvo y no tiene la capacidad para definir el
rumbo, que en verdad siente las bases de un mejor futuro.
