-Qué hace BCS para contrarrestar la
crisis?
Lo peor que le puede pasar a un gobernante, es que se le
salgan de control los problemas sociales, económicos y políticos al mismo tiempo. El tridente maldito o la
tormenta perfecta. Y es lo que está pasando actualmente en México en los
inicios de este 2017, cuando a la inestabilidad social producto de la
inseguridad pública y otras complejidades, se le ha unido el megagasolinazo,
que está disparando los precios y para acabarla de amolar, las locuras del
Trump, ofrecen un panorama nada alentador.
Generalmente cuando uno de estos tres elementos está bien, las
cosas más o menos caminan, porque uno sano, neutraliza a uno o dos malos de
manera directa o indirecta. Por ejemplo, cuando lo político marcha, es posible
que haga pasar por alto lo mal que pueda estar la economía y lo social. También
se da el caso de que si hay control del gobierno en lo social, es fácil unirlo
a lo político y con ello, ocultar lo mal que pueda ir la economía. Obviamente
que si la economía marcha, lo demás es cosa menor.
En esa situación ha vivido México durante años, pero hoy la
cosa empieza a ser distinta, porque no hay manera de contener lo económico, lo
político y lo social, por más pactos que se anuncien. Actualmente el deporte
nacional es pegarle al gobierno en turno y podríamos decir que bien merecido se
lo tiene, aunque la culpa de lo que pasa sea parcial. Nadie está conforme con
lo que sucede, principalmente las amas de casa y los trabajadores, aquellos que
sí trabajan, no lo que se la pasan robando del presupuesto.
En Baja California Sur, los que gobiernan poco han dicho de
las repercusiones que tendrá la situación nacional, siendo que esta entidad
será de las más afectadas por el aumento de la gasolina, considerando lo que
cuesta traer el combustible. Desde diciembre hubo aumentos, aprovechando la
temporada, pero en los siguientes meses lo que viene no pinta nada bien para la
frágil economía familiar. Lo lamentable es que quienes están al frente de la
administración estatal y los Ayuntamientos, siguen apostándole a la política
como recurso de siempre para salvar la situación, pero la realidad es que el
discurso vacío y el boletín de prensa, ya no detiene la andanada de la
inconformidad social.
No sabemos si el gobierno del mejor futuro estará haciendo lo
conducente para contener esa molestia de la población, pero al menos por ahora
no se ve claro y considerando que Baja California Sur es un estado
eminentemente turístico, ignoramos si la administración estatal y las
municipales, habrán coordinado estrategias en caso de que al loco Trump, en esa
tirria que trae contra México, habrá considerado, por ejemplo, aplicar algún
impuesto a los turistas que quieran visitar México y conceda estímulos a
quienes vacacionen en su país. Eso sería fatal para la entidad. Ah, pero
nuestros avezados estrategas gubernamentales deben estar preparadísimos para lo
que pueda presentarse (Ajá!).
En este momento crítico que se vive y que se seguirá
viviendo, al menos durante todo este año, la padecerán, tanto los que gozamos
del desempleo obsequiado en aras del mejor futuro, como aquellos que tienen un
humilde empleo. Para los desempleados, es obvio el daño ante la pérdida del
poder adquisitivo. Para quienes tienen un sueldo seguro, no habrá más
posibilidades de crecer y como ya sucede entre muchos integrantes de la
burocracia sudcaliforniana, algunos beneficios serán eliminados.
Así las cosas, son tiempos de hacer más que decir. Pero aquí,
sigue prevaleciendo la palabrería y el mensaje insulso, hueco y arropado por el
marketing, buscando darle atole con el dedo y eso, como la misma frase, ya es
anticuado y no sirve más que para incrementar el odio hacia el gobierno o al
menos, la desconfianza.
