viernes, 4 de noviembre de 2016

Lo que se hace bien


-El Festival de Día de Muertos.

Entre las pocas cosas que nuestras autoridades locales sí saben hacer, es el Festival de Día de Muertos, que en dos días congrega a muchísimos ciudadanos y si no fuera porque el único punto flaco es la falta de promoción a gran escala, esta actividad sería de gran trascendencia no sólo nacional sino internacional.

El concurso de Catrinas, con unas personificaciones excelsas e impresionantes, deberían ser reconocidas ya por las autoridades de cultura a nivel nacional, porque no en cualquier parte se da este fenómeno, donde familias y grupos de ciudadanos aportan su dinero, para confeccionar vistosas caracterizaciones de La Catrina de Guadalupe Posada.

 La Catrina es un personaje que representa a la muerte entre los vivos, en esa parte que el populo ha llamado "la burla de la muerte por parte del mexicano", aunque yo, que jamás me burlaría de la muerte, aunque sí quisiera burlarla, consideraría que esta huesuda y enigmática figura, significa una manera de decir que la muerte está siempre presente y que es parte inevitable de la vida.

 Una autoridad con visión de futuro y aprovechando que estamos en esos tiempos, debería hacer crecer este festival y que pase de la verbena popular, a un auténtico festival en honor a los muertos y que predomine la fiesta, los concursos, la gastronomía y la reflexión, pero en un contexto más amplio para que Baja California Sur aproveche este potencial en el rubro del turismo cultural.

Tengo ya varios años asistiendo a este Festival, hoy ya casi como calavera por eso de la crisis, pero me ha gustado su evolución. A 17 años de su inició, creo que las cosas van bien, todo es cuestión de ponerle un poquito más de ingenio y creatividad, para que tenga   la trascendencia que se merece, porque en la entidad y concretamente en La Paz, no es fácil que la gente acuda a las actividades culturales y de recreación, por muy gratuitas que estas sean.

Por eso, es un logro importante lo que se ha conseguido al paso de los años. Resulta interesante ver como los turistas extranjeros se mezclan con los locales, como si fueran uno más, porque en este festival, lo que más importa es aprovechar ese aire de misticismo evocador de aquellos que ya no están, combinado con la fiesta y el ánimo de diversión.

Si en la CDMX el Agente 007 les vino a cambiar la tradición, con un mega-desfile de Día de Muertos, por qué nosotros no podemos sacarle provecho a un festejo, que si bien no es nuestro por idiosincracia, ha sido  bien aceptado por los ciudadanos (que ya es mucho decir) y que está captando la atención de los turistas.


Ya basta de pensar que no somos capaces de organizar algo bueno y auténtico. El director de Cultura del gobierno estatal, dijo que para el próximo año se tendrá que pensar en cerrar calles frente a la explanada de la Unidad Cultural Jesús Castro Agúndez, porque el espacio ya les quedó chico. Es cierto, pero es momento de aprovechar para ir más allá y hacer que este festival sea algo que nos represente y que logre las dimensiones que atraiga las miradas para que comprueben que lo hecho en BCS, sí puede estar bien hecho.