-El Festival
de Día de Muertos.
Entre las pocas cosas que nuestras autoridades locales sí
saben hacer, es el Festival de Día de Muertos, que en dos días congrega a
muchísimos ciudadanos y si no fuera porque el único punto flaco es la falta de
promoción a gran escala, esta actividad sería de gran trascendencia no sólo
nacional sino internacional.
El concurso de Catrinas, con unas personificaciones excelsas
e impresionantes, deberían ser reconocidas ya por las autoridades de cultura a
nivel nacional, porque no en cualquier parte se da este fenómeno, donde
familias y grupos de ciudadanos aportan su dinero, para confeccionar vistosas
caracterizaciones de La Catrina de Guadalupe Posada.
La Catrina es un
personaje que representa a la muerte entre los vivos, en esa parte que el
populo ha llamado "la burla de la muerte por parte del mexicano",
aunque yo, que jamás me burlaría de la muerte, aunque sí quisiera burlarla,
consideraría que esta huesuda y enigmática figura, significa una manera de
decir que la muerte está siempre presente y que es parte inevitable de la vida.
Una autoridad con
visión de futuro y aprovechando que estamos en esos tiempos, debería hacer
crecer este festival y que pase de la verbena popular, a un auténtico festival
en honor a los muertos y que predomine la fiesta, los concursos, la gastronomía
y la reflexión, pero en un contexto más amplio para que Baja California Sur
aproveche este potencial en el rubro del turismo cultural.
Tengo ya varios años asistiendo a este Festival, hoy ya casi
como calavera por eso de la crisis, pero me ha gustado su evolución. A 17 años de
su inició, creo que las cosas van bien, todo es cuestión de ponerle un poquito
más de ingenio y creatividad, para que tenga
la trascendencia que se merece, porque en la entidad y concretamente en
La Paz, no es fácil que la gente acuda a las actividades culturales y de
recreación, por muy gratuitas que estas sean.
Por eso, es un logro importante lo que se ha conseguido al
paso de los años. Resulta interesante ver como los turistas extranjeros se
mezclan con los locales, como si fueran uno más, porque en este festival, lo
que más importa es aprovechar ese aire de misticismo evocador de aquellos que
ya no están, combinado con la fiesta y el ánimo de diversión.
Si en la CDMX el Agente 007 les vino a cambiar la tradición,
con un mega-desfile de Día de Muertos, por qué nosotros no podemos sacarle
provecho a un festejo, que si bien no es nuestro por idiosincracia, ha
sido bien aceptado por los ciudadanos
(que ya es mucho decir) y que está captando la atención de los turistas.
Ya basta de pensar que no somos capaces de organizar algo
bueno y auténtico. El director de Cultura del gobierno estatal, dijo que para
el próximo año se tendrá que pensar en cerrar calles frente a la explanada de
la Unidad Cultural Jesús Castro Agúndez, porque el espacio ya les quedó chico.
Es cierto, pero es momento de aprovechar para ir más allá y hacer que este
festival sea algo que nos represente y que logre las dimensiones que atraiga las
miradas para que comprueben que lo hecho en BCS, sí puede estar bien hecho.
