- En BCS se preparan cargas
impositivas en cadena.
No le tengo miedo al impuesto al turismo extranjero, porque
para empezar no nos lo cobrarán a los choyeros
y para terminar, no afectará gran cosa en si vienen o no los turistas de
otros países. A lo que sí le tengo miedo es a la política fiscal de terror que desde
hace meses nos han advertido tácitamente las autoridades locales, ante la
difícil expectativa económica para Baja California Sur, principalmente ahora
que los "amigos del poder" no han podido echarnos la mano y estamos
cual barco a la deriva, debido a la falta de imaginación gubernamental para
enfrentar la carencia de recursos.
El
"aprovechamiento" de los 350
pesos que se le cobrarán a los visitantes de otros países, es apenas un tiro de
calentamiento de lo que nos espera en cargas impositivas y cobro de tarifas en
servicios y lo peor, que los ciudadanos no estamos quedando cada vez más solos,
porque quien debía defendernos, que es el Congreso del Estado, está cada vez
más alejado de la gente, ah pero eso sí, bien pegaditos a las decisiones del
Ejecutivo. Ni para recurrir al Chapulín Colorado, porque para empezar es rojo y
para terminar, ya se murió.
Leyendo entre líneas este impuesto al turismo extranjero, nos
damos cuenta de que al gobierno estatal le está sobrando desfachatez y le está
faltando imaginación, ante este embrollo en el que se ha metido, debido a que las
cuentas no le cuadran al Quidro en Finanzas, mientras que los "grandes
amigos" del gober, que tanto presumió, se han hecho bolita, como una
cochinilla, haciéndose los distraídos, conscientes en que una cosa es el
"amigo" y otra muy diferente el Jefe y como el que paga manda,
entonces no hay para dónde hacerse y es lo que trae con los pelos de punta al
gobernador Carlos Mendoza Davis.
Qué es lo que pasa ante este escenario; pues que se opta por
la salida fácil y tal vez hasta a manera de berrinche, el Ejecutivo decide
cobrársela a quién creen. ¡Exacto!, al pueblo, aunque primeramente tiene que
hacer una escala técnica, para probar el escenario y se la deja caer a los
turistas, para ver cuál es la reacción social y en esas anda, con comentarios a
favor, pero también muchos en contra, aunque lo más lamentable en este caso, es
que ni los legisladores y tampoco el Ejecutivo, tomaron en cuenta a sus
representados y en este caso en particular, al sector turístico conformado por
hoteleros, restauranteros, agencias de viajes, prestadores de servicios,
taxistas, entre otros.
Y ese mismo escenario se vivirá en los siguientes meses,
cuando empiecen a aparecer solicitudes de incrementos en impuestos y tarifas y
hasta podría darse la creación de nuevos "aprovechamientos",
empleando el gobierno estatal la estrategia del "olvido", es decir,
que a casi cinco años de que se dé la renovación de la gubernatura estatal, a
los ciudadanos se les olvide quién fue el que los sumió en la miseria, cuando
llegue el momento de elegir.
La estrategia del PAN en Baja California Sur, es de sangrar
al pueblo con tal de tener dinero para cubrir, primeramente, el sueldo de su
engrosada nómina y los altos bonos para comprar voluntades. Después lo de sus
compromisos políticos-electorales, donde se controla hasta a partidos de
oposición con buenas rebanadas del pastel y ya de salida, lo de algunas obras y
acciones pendientes, como el Vivir Mejor. En ese orden.
Este gravamen a los visitantes extranjeros, no es nada
comparado con lo que viene, porque de antemano el gobierno estatal sabe que con
147 millones de pesos anuales que se piensan captar por este concepto, al
ciudadano común le resolvería la vida hasta por tres generaciones, pero para la
autoridad estatal es poco para emprender grandes proyectos, por eso solamente
lo repartirá en cantidades proporcionales y obviamente la mayor parte se lo
llevarán La Paz y Los Cabos, con algún que otro pellizquito por ahí.
Una de las cargas que vienen fuertes, es la de cobrar a los
morosos o sea, que si Usted (como yo) está bien péndulo con la autoridad en materia fiscal y pagos de servicios, mejor no se gaste su aguinaldo. Eso es para empezar. No dude que aumente el
predial, el revisado, la licencia y hasta las multas, al igual que permisos de
construcción, permisos de apertura de negocios, impuesto de alcoholes, horas
extras para giros negros, refrendos y un impuesto que pasa desapercibido pero que es puro
jugo: el ISABI (Impuesto sobre Adquisición de Bienes Inmuebles).
Mientras tanto nos retacan el mejor futuro, ese que
escuchamos hasta en la sopa, pero que en los hechos, es puro atolito pal´
friyito.
