lunes, 12 de septiembre de 2016

Lo fácil de culpar a lo difícil



-El mensaje de CMD, puro cuento.

Dos momentos me llamaron la atención el reciente fin de semana. Dos situaciones distantes entre sí, pero relacionadas por un tema común: las narcoviolencia. La primera fue la rueda de prensa-mensaje del gobernador Carlos Mendoza Davis, que ofreció la mañana del sábado, donde en medio de la nada que dijo, resaltó el asunto de la delincuencia organizada y lo complicado que es frenarla. La segunda fue el mensaje por "feis" de una paceña radicada en Veracruz, donde lamenta lo que ocurre acá, pero reconoce que allá la cosa esta peor y que ojalá en Baja California Sur no se llegue a tales niveles.

Empecemos por el principio. Qué le representó a los sudcalifornianos ese mensaje con motivo del primer año de gobierno, que emitió el gobernante sudcaliforniano. Permítanme responder: ¡nada! No significó absolutamente nada, porque si hubo quién se enteró del mensaje ese mismo día, el que menos, debió ignorarlo, porque realmente aparecer con cuentas alegres en el ámbito legislativo y buenos propósitos en lo económico y lo social, realmente no cubre la expectativa de los ciudadanos que mantienen su lucha en el día a día, por tratar de cubrir los mínimos satisfactores para su familia,  como alimentación, educación, salud, vivienda y vestido.

Mencionar que los recortes al presupuesto federal del 2017, afectarán a la economía local o que para atacar al narco se necesitan recursos, es la manera más fácil de culpar a lo difícil, ante lo mal que nos está yendo, hablando, claro, del grueso de la población, porque seguramente los incrustados en la nómina estatal, viven su paraíso terrenal. Lo difícil se atribuye a otros; son causas ajenas a la administración estatal, según se da a entender, como por ejemplo, en el tema de las narcoejecuciones, donde se argumenta que no es privativo de la entidad, lo cual es cierto, pero eso de ocupar el primer lugar en incremento de la violencia, no puede ser cosa de otros.

Ahora bien, por qué el gobernador salió a dar ese mensaje de "aliento" para los sudcalifornianos. Por simple protocolo, porque de antemano sabe que los ciudadanos ya están hartos de palabras y lo que quieren son hechos. Pero los hechos son imposible lograrlos, cuando no hay voluntad y mucho menos capacidad para asumir el reto, que heredado y todo, hoy es de su propiedad. Nada se hace y nadie es culpable, porque se trata de una situación difícil y por lo tanto, no es creación choyera, sino que  llegó de rebote y pareciera que de la misma manera se está esperando que se vaya. O sea, ya valimos.

Y aquí es donde caemos en el segundo momento. El mensaje por "feis" de esa persona radicada en Veracruz, que da cuenta de lo mal que les va allá con la narcoviolencia y que es lamentable que también suceda acá. Ojalá que en Baja California Sur no se llegue a esos extremos, da a entender en una expresión final. Y es precisamente esa la gran preocupación de los ciudadanos que nada tienen que ver con esos asuntos. Que la ruta que ha seguido la ola de violencia en otras entidades, hasta llegar a increíbles niveles de crueldad, es la misma que está siguiendo en Baja California Sur. O sea, que si no se actúa a tiempo, no tardamos en empezar a ver mayor saña y la diversificación de la narcoviolencia, hasta llegar a niveles en que el objetivo directo sean los civiles, mediante cobros de piso, secuestros y obviamente que el delito común, que ese ya lo tenemos aquí.

¿Qué se debe hacer para evitarlo?. Sistema de inteligencia, dicen algunos; pactar con los grupos que se disputan la plaza, opinan otros; mayores recursos, quitar a los mandos que no han funcionado, frenar la corrupción policiaca y así podemos seguirle. Nosotros no lo sabemos, porque no es nuestra función, pero quienes gobiernan, sí lo saben, porque son los que tienen el mapa delictivo y se supone tienen la capacidad de tomar decisiones, aunque lamentablemente hasta el momento no se ha visto.

Por lo pronto, si los recortes al presupuesto federal y la incapacidad de generar recursos propios, ofrecen un panorama nada halagüeño para la entidad, entonces pareciera que solamente queda de dos sopas: o poner tierra de por medio o de plano ponerse a rezar. Creo que va a ser la segunda opción, porque hasta para salir de aquí se necesita tener con qué y obvio, las reformas legales y las promesas de más empleos,  no compran boletos de avión, ni dan de comer. Ese cuento ya es viejo. Lo nuevo es cómo demonios las autoridades dejan de hacerla de cuento.


¿O a poco creen que con la detención del "Guero Rufles" se acaba el problema? Bueno, ya se dijo en la radio, en esta materia falta mucho por hacer. El asunto es, en cuánto tiempo se resolverá ese "mucho".