* A la espera de su líder nacional, quien enfrenta impugnación ante el TEPJF.
Al priismo de Baja California Sur solamente puede salvarlo el
priismo de Baja California Sur. No hay de otra, por más Ochoas Reza que
lleguen. Mientras las tribus tricolores no se pongan de acuerdo, seguirá este merequetengue en que se ha convertido el
PRI en el estado y que lo alejan cada vez más de la posibilidad de que en el
corto o mediano plazo, logren recuperar el poder.
A propósito de la próxima visita que dicen hará a La Paz y
posiblemente a Los Cabos, el líder nacional del Revolucionario Institucional,
muchos son los que han desenfundado la espada, otros se dan una buena acicalada
y algunos más han sacado del baúl de los recuerdos, viejos y gastados discursos.
Todo con el fin de impresionar al ilustre visitante y ganarse su afecto, en una
clara muestra de que los priistas sudcalifornianos, jalan cada quien por su
cuenta y se olvidan que son los inventores el protocolo a la mexicana.
![]() |
| Enrique Ochoa Reza |
Los ilusos, porque aunque no lo crea, ahora hasta priistas
ilusos tenemos (como que la lejanía del poder los ha hecho así) piensan que
Enrique Ochoa Reza calmará de golpe y porrazo las aguas broncas del tricolor.
Negativo, porque si bien el llamado será ese, la militancia más activa y los
dirigentes de cada uno de los grupos que buscan encabezar al partido, tendrán que
iniciar, como la canción de los Beatles, un largo y sinuoso camino. Y a ver cuántos
llegan al final.
La dirigencia nacional poco o nada hará para que los rijosos
que han puesto de rodillas al tricolor, logren entenderse. Encabezará reuniones
donde se hablará de unidad, de lealtad, de recuperar el poder y de que se les
acabó el recreo. Luego el procedimiento será el mismo: nombrar a un delegado o
ratificar al que ya existe (esto último lo dudamos, pero si es así, mal síntoma)
y así, empezar a caminar.
Se hará un diagnóstico
de la situación real del partido, su posicionamiento en la sociedad y la
situación que guardan los que gobiernan la entidad. Ochoa Reza cumplirá así el
protocolo de visitar la entidad, en este recorrido nacional, luego de su
ungimiento y se irá como vino, pensando en su objetivo principal, la elección
del 18 y de los estados donde pueda obtener los votos que permitan al PRI
mantener la Presidencia de la República. Obvio que aquí no.
Por qué se ha dicho tanto sobre la visita de Ochoa Reza al
sur del estado (para no decir Baja California Sur, porque el norte también existe).
Tal vez porque los priistas locales quieren que alguien de fuera venga arreglar el
desorden que los de aquí crearon. Erróneamente apelan
a las viejas prácticas de cuando eran gobierno y que si alguien se saltaba las
trancas, desde el centro le jalaban las orejas y se alineaba o se quedaba fuera
del presupuesto. Hoy ya no puede ser así, porque son oposición, pero como no
les cae el veinte todavía, se la pasan esperando que "papá nacional"
venga a regañarlos y listo, las aguas vuelvan a su nivel, pero no, porque curiosamente
cuando cualquier partido se vuelve oposición, sus militantes se asumen con la
libertad de elegir y opinar libremente, porque ya no pueden subyugarse a algo
que ya no tienen: el poder.
Está bien visto que este enfrentamiento del PRI contra el
PRI, ha dejado tremendas abolladuras; que digo abolladuras, cráteres, al
partido tricolor en la entidad. Está en la lona y no sabe como levantarse. Su principal
activo, Ricardo Barroso (por ser el más reciente contendiente a la gubernatura)
lo traen cocido a moquetazos. A Esthela ni se diga, por las dudas y malas cuentas
que le adjudican, a su paso por el Ayuntamiento Paceño. Y a Isaías pocos le
creen, por ser como el jabón, que se resbala fácilmente.
De tal manera que, al igual que ha sucedido con anteriores
dirigencias nacionales, Ochoa Reza no se meterá en más bretes. Baja California
Sur no es prioridad, porque además de estar pintado de azul, electoralmente no
representa una buena inversión, por tan poquitos votos. No se cree el cuento de
que cien o 150 mil votos pueden definir una elección presidencial. Desde luego
que en la entidad se hará la luchita, nada más por no dejar, pero así como que
ir con todo, ni que fueran Moreira. Si los panuchos tienen fallas evidentes en
estos próximos cuatro o cinco años, puede que le apuesten; si no, para qué tanto brinco, estando el suelo tan
parejo.

