jueves, 11 de agosto de 2016

No quiero votar por el Peje pero...


* Ya no más el "malo por conocido".

"No quiero votar por el Peje, pero...", fue la expresión que alcancé a recoger fugazmente entre un grupo de señores que platicaban animadamente en las inmediaciones del mercado Madero y que penetra cada vez más en el ánimo desencantado de muchos ciudadanos, a los que la vida no ha querido o ha dejado de sonreirles y que voltean a su alrededor en busca de respuestas, pero no las encuentran y que tampoco están dispuestos a que se cumpla la consigna de que "más vale malo por conocido", porque ya están hartos de eso.

Decía en una entrega anterior, que los gobiernos necesitan transformarse y olvidarse del marketing oficial, ese que se hace a través de redes sociales, videos por TV e Internet, spots radiofónicos y las gacetillas o notas pagadas, que se publican en los periódicos. Se requiere que los gobiernos, publiciten sí, pero lo que la gente requiere para hacer más llevadera su peregrinar por oficinas de gobierno y ante situaciones que enfrentan donde tiene que ver cualquier acto gubernamental.

Discretamente aminoré el pasó, que tampoco crean que es de marchista de Río 2016, pero bueno, tenía que escuchar más de la plática entre estos incautos votantes, que se había quedado en ese "pero", que suele ser común en la cultura mexicana (no sé si sea parte del lenguaje universal) con el cual se da a entender algo que no se puede explicar, ¿me explico? La plática entre estas personas, tres o cuatro, no recuerdo bien, siguió más o menos así:

- No quiero votar por el Peje, pero...
- Pero no queda de otra.
- Pos creo que no...ya ves al Peña Nieto y el desmadre que trae.
- Y aquí ni se diga con esta pinche matadera...y fueron los del PAN los que iniciaron todo.
- Y crees que el Peje va a resolver esto...no, si todos son iguales.
- Pero al menos a ese pinche loco no lo conocemos...igual sale bueno.
-Mmm...pos ta´ cabrón...está pa´ pensarla.

Y se hizo la larga pausa, esa quemarcamos la mayoría, ante todo lo que acontece a nuestro alrededor y que no entendemos y peor aún, a lo que ninguna autoridad da respuesta, ya sea federal, estatal o municipal, porque al viejo estilo, en campaña siguen prometiendo barbaridad y media y a la hora que les toca estar al frente de lo que tanto pelearon, no saben ni qué y ni cómo hacerlo, pero eso sí, te prometen mover a México y un mejor futuro y no sé cuantas superfluidades más, pero a la hora de la hora demuestran no tener la capacidad de hacer aquello que prometieron como candidatos.


Deficiencias educativas, de salud, de servicios públicos, de seguridad y muchos más, son a las que nos enfrentamos los ciudadanos a diario desde hace años y esos que han gobernado y los que gobiernan, no lo han podido resolver, por más cuentas alegres que presenten, por eso, la gente, en un descuido, podría darle la espalda a la tradición del voto autómata del por éste, éste o éste, pero no más y entonces, cada vez son más los que piensan que si no queda de otra, le dan su sufragio al que no quieren, ya no por castigo, sino porque tal vez no esté tan loco como piensan y en esa ruleta rusa, ya es jugársela demasiado...pero así de grande es la desesperación del pueblo.