martes, 9 de agosto de 2016

El "bisne" de los huracanes



* La urgencia de las emergencias.

La danza de millones que representa la temporada de huracanes, es una tablita de salvación para los gobiernos locales, ya que estos fenómenos hidrometeorológicos se presentan en una de las épocas más críticas en materia económica para el Gobierno del Estado y los Ayuntamientos, principalmente ahora que Videgaray no anda muy esplendido.

Antes, cuando no había tantos candados en la liberación de los recursos federales a causa de las contingencias naturales, los gobiernos estatales se daban vuelo disponiendo del dinero que llegaba de la federación y obviamente, mucho de éste no se entregaba a los reales destinatarios, ya que la lista de damnificados, que inicialmente era extensa para obtener más recursos, se hacía chiquita una vez que se tenía el apoyo.

Hoy ya no es tan fácil hacer mal uso de esos recursos, sin embargo sirven para aprovecharlos políticamente, promoviendo al partido del gobierno en turno cuando se hace la entrega de las láminas, la despensa, el crédito, el material de construcción y otros rubros que se incluyen en este esquema de aportaciones extraordinarias, de la federación a las entidades.


En el caso de Baja California Sur, los recursos del Fonden sirven para transitar el escabroso camino del verano al invierno, que es de los más complicados en materia financiera para la entidad, considerando los enormes gastos que se hacen en los pagos propios de la temporada de verano, como primas vacacionales, bonos de útiles escolares, vales de uniformes, entre otros.

Además, en ese lapso, el gobierno estatal y los Ayuntamientos, deben prepararse para obtener los recursos que les permitan engordar la cochi a fin de enfrentar los gastos de diciembre. Súmele los sueldos que se tienen que cubrir de septiembre a noviembre y los pagos a proveedores, que no es cualquier cosa y que se deben de saldar antes de que concluya el año, por cuestión de cierre de ejercicio.

Por eso, paradójicamente los huracanes son un respiro para las autoridades locales y llegan en el momento adecuado (si es que llegan), ya que eso da margen de maniobra política de los pocos o muchos recursos que se obtengan. Además, es un buen argumento para justificar retrasos o el no inicio de obras y en el mayor de los cinismos, se cacaraquea que por el bienestar social y en un esfuerzo extraordinario, se  atienden los daños causados por el meteoro. ¡Óyeme, pues si es tú chamba!

De ahí la urgencia de solicitar declaratorias de emergencia  ante la Secretaría de Gobernación, así se trate de una lluviecita común, pero que sea precedida de toda la activación del sistema estatal de protección civil. La seguridad y la prevención es importante, como benéfica para el acuífero es el agua que acarrean los ciclones.

Ahora esperemos que los recursos que se obtengan en esta temporada 2016, lleguen a quienes realmente lo necesitan y que no tarden tanto, porque ya ve que a dos años de "Odile", hace algunas semanas se acaban de liberar recursos para reparar daños en escuelas, por ejemplo.