* La
urgencia de las emergencias.
La danza de millones que representa la temporada de
huracanes, es una tablita de salvación para los gobiernos locales, ya que estos
fenómenos hidrometeorológicos se presentan en una de las épocas más críticas en
materia económica para el Gobierno del Estado y los Ayuntamientos,
principalmente ahora que Videgaray no anda muy esplendido.
Antes, cuando no había tantos candados en la liberación de
los recursos federales a causa de las contingencias naturales, los gobiernos
estatales se daban vuelo disponiendo del dinero que llegaba de la federación y
obviamente, mucho de éste no se entregaba a los reales destinatarios, ya que la
lista de damnificados, que inicialmente era extensa para obtener más recursos,
se hacía chiquita una vez que se tenía el apoyo.
Hoy ya no es tan fácil hacer mal uso de esos recursos, sin
embargo sirven para aprovecharlos políticamente, promoviendo al partido del
gobierno en turno cuando se hace la entrega de las láminas, la despensa, el crédito,
el material de construcción y otros rubros que se incluyen en este esquema de
aportaciones extraordinarias, de la federación a las entidades.
En el caso de Baja California Sur, los recursos del Fonden sirven
para transitar el escabroso camino del verano al invierno, que es de los más
complicados en materia financiera para la entidad, considerando los enormes
gastos que se hacen en los pagos propios de la temporada de verano, como primas
vacacionales, bonos de útiles escolares, vales de uniformes, entre otros.
Además, en ese lapso, el gobierno estatal y los
Ayuntamientos, deben prepararse para obtener los recursos que les permitan
engordar la cochi a fin de enfrentar los gastos de diciembre. Súmele los sueldos
que se tienen que cubrir de septiembre a noviembre y los pagos a proveedores,
que no es cualquier cosa y que se deben de saldar antes de que concluya el año,
por cuestión de cierre de ejercicio.
Por eso, paradójicamente los huracanes son un respiro para
las autoridades locales y llegan en el momento adecuado (si es que llegan), ya
que eso da margen de maniobra política de los pocos o muchos recursos que se obtengan.
Además, es un buen argumento para justificar retrasos o el no inicio de obras y
en el mayor de los cinismos, se cacaraquea que por el bienestar social y en un
esfuerzo extraordinario, se atienden los
daños causados por el meteoro. ¡Óyeme, pues si es tú chamba!
Ahora esperemos que los recursos que se obtengan en esta
temporada 2016, lleguen a quienes realmente lo necesitan y que no tarden tanto,
porque ya ve que a dos años de "Odile", hace algunas semanas se
acaban de liberar recursos para reparar daños en escuelas, por ejemplo.

