* Urge una nueva forma de hacer política.
El esquema de la vieja forma de
hacer política va de salida. Cada vez más la sociedad deja menos margen de
maniobra a los gobiernos, para que puedan actuar a sus anchas, como está sucediendo
en Baja California Sur, donde en los dos principales municipios, Los Cabos y La
Paz, así como en el Gobierno del Estado, los estrategas de la mercadotécnia
gubernamental y los operadores políticos, tardan y gastan más en resolver una
situación de crisis. Si es que se dignan atenderla.
Lo que estamos viendo a nivel
nacional, con las negociaciones entre el gobierno federal y la CNTE, en una
muestra de ello, porque con o sin razón, los ciudadanos han encontrado la forma
de intimidar, secuestrar y hasta controlar al gobierno en determinadas
decisiones, vía la movilización social, que en el caso de Baja California Sur,
podría traducirse en un duro golpe a la economía local, porque ante una
revuelta, los primeros en correr serían los turistas.
La lección que se está viendo en
otros estados, parece que no ha sido considerada en la entidad, donde las cosas
se siguen haciendo al viejo estilo. La operación política no la hay o no ha
cuajado como debiera. Los actos gubernamentales se quedan en la simple foto y
el discurso. Se piensa que con lo superficial basta para convencer a la gente y
no se quiere establecer un compromiso real con los ciudadanos, para resolverles
sus principales demandas. La falta de recursos públicos es el argumento, pero
no entienden que una adecuada respuesta, así sea negativa, puede ser
suficiente.
Las peripecias que viven los
ciudadanos para obtener algún bien o servicio, sigue siendo igual que en otros
tiempos o quizás peor, porque antes no había gasolinazos tan frecuentes. Ni se
diga de los padres de familia para completar la despensa. O las dificultades
que representa obtener servicios de salud y educación. Las cosas no han cambiando
en Baja California Sur, respecto a la forma de trabajar de sus autoridades,
pese a que las condiciones sociales si lo están haciendo.
Esta es una entidad con mucha
riqueza natural, que los intereses económicos y políticos han impedido
aprovechar racionalmente. Es un estado rico, con un pueblo cada vez más pobre. Si
las autoridades municipales y estatales no asumen con decisión este reto y se
olvidan de grupúsculos, será presa de ellos y al rato, ni para adelante ni para
atrás, porque quedarán sometidos a las decisiones de los intereses insanos de
movimientos sociales, que en ocasiones hasta son importados.
Desde luego que hay focos rojos
en asuntos de tenencia de la tierra, inversiones, laborales y medio ambiente,
entre otros. Si no se atienden con anticipación, luego no podrán contenerse,
como pasó con el narcotráfico. La estructura gubernamental está penetrada por
la corrupción. Muchos son los que sacan tajada de lo que se haga o deje de
hacer. Si esto sigue así, poco puede esperar el pueblo de sus autoridades.
Qué le está faltando a los
gobiernos locales. Visión y estrategia y posiblemente las tengan, pero no hay
quien las implemente. El gobernador no lo puede hacer todo. Pero sí puede poner
a la gente idónea en esos cargos. Al cumplir su primer año, en septiembre, Carlos
Mendoza deberá hacer ajustes en su gabinete, porque sabe que no puede seguir
así. Las cosas no le están saliendo como lo hubiera querido y eso le molesta.
En estos tiempos de redes
sociales, que crispan el resentimiento ciudadano, los gobiernos deben pensar en
una nueva forma de hacer su trabajo. Olvidarse del discursito fácil y hablar
con la verdad al pueblo. Eso del "estamos haciendo", "estamos
creando" o "estamos gestionando", ya no pega, porque la gente,
antes de pensar en un mejor futuro, quiere tener un confortable presente. Y si
para eso, le cuelga, imagínese para el eslogan gubernamental!.
