* Los "cachaelevaditas" de causas perdidas.
Los diputados locales de Baja
California Sur están de risa, porque creen que engañan al pueblo con sus
posturas de aguerridos combatientes a favor de las causas sociales, cuando en realidad
únicamente aparecen cada que rebota por acá algún tema de índole nacional y uno
que otro estatal, como los gasolinazos, que ellos se encargan de replicar a
manera de discurso "incendiario", que no pasa de ser simple chispita
de cuete buscapies, ya que digan lo que digan, sus posicionamientos se quedan
en el dicho y nunca llegan al hecho.
Hábiles para la mentira y la
simulación, que no sabemos si ya la traen o la aprenden en el Congreso del
Estado, los legisladores sudcalifornianos gustan de la postura cómoda que da un
micrófono, un salón de sesiones medio vacío y eso sí, ante la presencia de los
medios de comunicación, para que repliquen esas posturas "en contra de la
injusticia gubernamental", pero que hasta ahí quedan, porque el cometido
principal es, salir en la foto y seguir cosechando puntos para la proyección
política personal.
Muy lejana esta la posibilidad de
que esos diputados que se "levantan en armas" en contra del sistema,
por las medidas que atentan contra el pueblo, lo den todo por aquellos ciudadanos
a los que representan. Para qué, si con un discurso se cubre el requisito de
atender las demandas del pueblo, según ellos.
Dirán que ellos -los diputados- están
para hacer y modificar leyes, pero entonces, para que se meten en lo que no les
importa, si así fuera el caso, aunque tengo entendido que ellos son
representantes populares y están ahí para atender los reclamos de los ciudadanos
y darles una respuesta. Pero el discurso fácil,
que muchas veces ni ellos elaboraron, no es una respuesta a la
población.
| Alejandro Blanco |
Por ejemplo, los diputados de
ayer en la permanente del Congreso del Estado: Alejandro Blanco Hernández,
Camilo Torres Mejía y Joel Vargas Aguiar, asumieron ese papel de "cacha elevaditas", al abordar temas
que si bien golpean a los ciudadanos, lo que se diga por parte de ello, no
tendrá ninguna repercusión, en tanto no se dé una gran movilización social o un
reclamo generalizado vía foros, firmas o el medio que sea necesario, para contrarrestar
esa afectación.
Fíjese, uno
de ellos, Alejandro Blanco, nos da la razón al decir en su pronunciamiento
contra el gasolinazo que:"... hace exactamente un mes en una sesión similar,
mostraba a nombre de muchos ciudadanos la indignación por el alza que se
produjo el mes de julio a los energéticos, hoy este 2 de agosto de 2016 los
adjetivos no alcanzan para calificar este nuevo incremento que vendrá a impactar
los niveles de inflación..."
O sea, él mismo reconoce que con
lo que dijo aquella vez, nada sucedió y que quienes toman las decisiones allá
en lo más alto, les importa un carajo lo que opine un diputado local, si no
lleva el respaldo de los ciudadanos. Pero el legislador sudcaliforniano va más
allá, al decir que a nombre de los ciudadanos, mostraba la indignación por el
alza del mes de julio y ya, no propone más, ni siquiera pide un
"perdón" al estilo de Peña Nieto, por no haber podido cumplirle a la
gente o para ser más precisos, porque nadie lo peló.
| Joel Vargas |
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| Camilo Torres |
Otro, Camilo Torres, habló sobre
las discrepancias en la medición de la pobreza entre el Inegi y el Coneval y el
otro sobre las balaceras en La Paz. Pero únicamente exponen lo que ya todos
sabemos, pero no se comprometen a más, en parte porque no saben ni qué demonios
se puede hacer, pero principalmente porque "que güeva" andar en esos
mitotes. Por eso mejor, un discursito bien rimbombante y listo.
Si los diputados locales saben que sus
posturas sobre este o aquel tema, no va a trascender, que quedarán en simples
pataleos y exhibicionismo, entonces que no le quiten el tiempo a los
trabajadores del Congreso del Estado y que se vayan a sus casas, vía sus jugosos
vales de gasolina, esos que les dan a carretadas para que puedan visitar tranquilamente sus distritos, a fin de conocer el
sentir de la gente y defendérla de la crueldad institucional. ¡Futa sí!.
