Por qué se permite que una empresa de telefonía celular, hable a las personas con quien un deudor mantiene mayor comunicación y las hostiguen y presionen para que den información sobre el moroso o le avisen que debe pasar a pagar. Ni que fueran mandaderos. No se si nuestros flamantes diputados federales habrán hecho alguna reforma al respecto, pero a todas luces eso suena a acoso en contra de ciudadanos que no tienen que ver en el asunto.
Si alguien debe el teléfono celular, lo cual no es raro en estos tiempos, que sea él quien sufra las consecuencias y si acaso las personas a quienes dio como referencia en el contrato, pero no todos aquellos a quienes el deudor ha llamado frecuentemente, porque eso, independientemente de la “quemada”, también suena a espionaje ya que la telefónica, en este caso Telcel, que es el caso del que tenemos conocimiento, revisa y vaya Usted a saber que es lo que escucha en cada una de las llamadas que Usted hace y así, cuál privacidad.
Sabemos que las empresas que venden a crédito, los bancos y algunos otros comercios, contratan a despachos privados para realizar la cobranza y éstos no son nada sutiles al momento de pedir el pago correspondiente y cuando el mala paga ya debe muchas, lo andan cazando a toda hora por el teléfono, incluso de madrugada y ya muy entrada la noche y lo mismo hacen con sus “referencias”.
Sin embargo no sabíamos de la persecución que ahora se emprende en contra de familiares y amigos, novia, esposa, suegros, cuñados y toda aquella persona que tenga cierta relación con el endeudado. Parece ser que la empresa de telefonía se la pasa escuchando con quién hablamos para establecer la ruta que le permita dar con él deudor. Incluso a algunos los identifican por su parentesco: “¿Usted es su esposo?”, “¿no es Usted su hermana?” y así por el estilo, en una clara intromisión en la vida privada de las personas, lo cual va en contra de preceptos constitucionales. Ojalá que así fueran cuando falla el servicio de telefonía celular, ya que por el contrario, al usuario lo dejan abandonado a su suerte.
No sabemos si alguien regula este tipo de situaciones, pero sería importante que se establecieran medidas al respecto, porque no vaya a ser que la información que se proporcionó al Renaut (Registro Nacional de Usuarios del Telefonía Movil), finalmente haya sido empleada para otros fines y no para evitar la extorsión telefónica, que de antemano se sabía que no serviría para nada, pero bueno, eso ya es otro cantar.
El asunto es que en el este caso, Telcel está aprovechando la información confidencial que el usuario proporciona de buena fe al contratar el servicio y lo que es peor, se usa aquellos datos que captan a través de sus sistemas de comunicación y los cuales se supone que deben mantenerse reservados. Con ello se hostiga a ciudadanos que posiblemente se encuentren al corriente en sus cuentas, porque precisamente no quieren andar padeciendo esas incomodidades, sin saber que presumiblemente están siendo espiados todos los días a través de la base de datos que la telefónica tiene en su poder.
Se dice que Carlos Slim, el dueño de Telcel por si no lo sabía, es el hombre más rico del mundo o uno de los más ricos del mundo. Pues será el sereno, pero no es Dios y por lo tanto, no puede disponer de la vida de los demás para hacer lo que le venga en gana. Será muy dueño de una buena parte de Baja California Sur, pero eso no le da para andar abusando de su riqueza y hacerle la vida de cuadritos a los ciudadanos... principalmente aquellos que no le deben ni un chicle. De seguir así, el nuevo lema de Telcel será: “Tú intimidad, es territorio Telcel”.