domingo, 10 de noviembre de 2019

4to. Informe vs 4ta. Transformación


*El debut como "standupero" del gobernador durante su Cuarto Informe.



En pocas palabras podríamos decir que el gobernador Carlos Mendoza Davis aprovechó la arropada azul que le dio su cuarto informe, para mandar el mensaje al líder de la cuarta transformación, el presidente López Obrador.

Sintiéndose como peje en el agua entre los aplaudidores del “mejor futuro”, el gobernante sudcaliforniano no se anduvo con rodeos, y advirtió al presidente, que podría recurrir hasta a la vía legal para que en Baja California Sur también baje el IVA y el ISR, como en la frontera norte.

Y las atronadoras palmadas no se dejaban esperar, algunas veces hasta de pie, cual torero que ha hecho una gran faena o para estar más a tono, como cuando los artistas han interpretado una gran obra de teatro en el escenario.

Porque a final de cuentas la ocasión se prestaba para la foto, para las portadas y por supuesto, para la apuesta al olvido y culpar a otros.

Por eso, el inquilino del Palacio de Cantera se fue con todo al exigir un trato justo en las participaciones federales, luego de decir que el gobierno de AMLO le ha quitado 2 mil 500 millones pesos del presupuesto: 2 mil 200 en 2019 y 300 para el 2020.


El sábado 9 de noviembre, al medio día, toda decisión política en la entidad, no tenía más origen que el Teatro de la Ciudad, donde se encontraba concentrada la crema y nata de la grilla sudcaliforniana, para asistir al evento político del año…el informe del gobernador.

Ahí estaban reunidos moros y cristianos o morenistas y prianistas o chairos y fifís. Obviamente eran más los azules, en su mayoría funcionarios de primero, segundo y hasta tercer nivel del gobierno estatal. Estaba algunos despistado del gobierno federal y muy poquitos municipales.

Pero el 90 por ciento de la trinchera estaba bajo control azul.

Terreno disparejo para los marrones, así como cuando AMLO llega a la Cámara de Diputados o al Senado o realiza sus actos públicos y avasalla a los otros colores.

Una nueva manera de hacer política, cuando desde las instituciones se lanzan los Tomahawks para minar al enemigo político.

Por eso el gobernador se dió vuelo y apuntó que los abrazos y el perdón deben ser para las víctimas y no para los delincuentes, en alusión a la política de seguridad que implementa el gobierno federal del “abrazos no balazos”.

Mencionó que actualmente se vive un federalismo atrofiado y que Baja california Sur es damnificado de esa situación.

Retumban las focas blanquiazules, ataviadas en su mayoría con el uniforme del sexenio: guayabera blanca, como palomitas que no cruzaron el pantano, porque para eso tienen a quien mandar para que lo hagan.

Pero curiosamente el mejor aplauso se lo llevó el excandidato presidencial José Antonio Meade Kuribreña, el mejor amigo de los sudcalifornianos en este sexenio, porque si es amigo del gober, es amigo de todos, según se quiere dar a entender.

Un informe de gobierno sui generis, donde las sorpresas no se hicieron esperar. Hasta los gobernadores invitados se sacaron de onda y no dude que ellos también lo apliquen para la próxima entre su gente. ¡Pobres!

Muy diferente este gobernador al de su primer informe. Hace cuatro años estaba nervioso y carente del dominio del escenario. Hoy le hace al sarcasmo, a la poesía y hasta debuta como standupero.

Como cuando explicaba los niveles de crecimiento económico, empleo e ingreso promedio en Baja California Sur y nada más para calentar el brazo, aclara que esos datos son oficiales “porque conste, yo no tengo otros datos” y las risas y aplausos no se hacen esperar.

Peor tantito cuando exclama al borde del paroxismo, que a la delincuencia se le combate con toda la fuerza del Estado. Mi vecina de butaca, Cristy Medina, me comenta “tengo miedo que se infarte”.

Mientras en su asiento, el “Puchas” Víctor Castro Cosío, el delegado del gobierno de AMLO en la entidad, se reacomoda en su asiento. Está junto al exgobernador Narciso Agúndez Montaño, quien quiere volver.

Luego al hablar del malecón, el gobernador se pone medio poeta al expresar que “ahí donde las nubes…” y no sé qué más y varias miradas nerviosas se cruzaron entre el público en señal de “qué pex con mi gober”, pero el susto pasa en cuestión de segundos.

Al final, ya casi de salida, le vuelve a embarrar en la cara a los diputados locales que votaron en contra de su Ley de Movilidad, que deberán asumir ante la historia su decisión y que se avecinan tiempos difíciles, debido a decisiones económicas tomadas desde la política, que están llevando al país a una contracción.

De pronto, la sorpresa del día. El formato del informe tradicional se modifica, cuando Carlos Mendoza abandona el atril desde donde había dado su discurso y se mueve al centro del escenario, con micrófono inalámbrico.

Se pase de un lado a otro hablando de sus logros, con un control total de la situación, auxiliándose pocas veces de las pantallas y hasta le mete jiribilla al asunto para mantener la atención del respetable, como cuando dice “les hablo de huevos” y las risas no faltan, pero él según ataja con un “estoy hablando en serio” que nadie le cree, solo hasta que explica que los hoteles cada vez consumen más huevos sudcalifornianos.

Pero el show continúa, porque luego pregunta “conocen a la Greñuda” y nuevamente los mal pensados echan a volar la imaginación, cuando estaba hablando de un racho productor de quesos.

Y así se la lleva el gober desde su reducto, donde hace pasar a sus invitados, aquellos que “ya viven el mejor futuro”, quienes terminan formando un semicírculo a su alrededor, como para demostrar cuál es su fortaleza.

En términos generales, el cuarto informe del gobernador Carlos Mendoza Davis, pareciera estar siguiendo el nuevo esquema impuesto por el presidente de la República: contra los adversarios políticos, bombazos, no abrazos.

Pero mantiene la gastada esencia de que los informes son solamente la encerrona de un club de amigos e incondicionales, para escuchar lo que quieren escuchar, que ya saben de qué se trata pero hacen como que no, para aparentar lo aparente de un entorno tan real como ficticio…tan útil para los aprovechados, pero tan inútil para los necesitados.

La demagogia y el falso discurso parece que será cosa del pasado y ahora los gobernantes se cantarán el tiro a lo derecho; sin tapujos, sin diplomacia, sin sustancia y eso, quién sabe qué resultados pueda traer a los ciudadanos, que mientras tanto, siguen a la espera del mejor futuro y de la cuarta transformación.