miércoles, 12 de octubre de 2016

Diez años sin La Perla de La Paz

La Perla de La Paz en su época de esplendor.

-  Precursora de la actividad comercial en La Paz y BCS.

La mañana del 12 de octubre del 2006, una enorme columna de humo se podía apreciar desde distintos puntos de la ciudad. Movidos por la curiosidad y el morbo, muchos ciudadanos siguieron la humareda hasta llegar al origen y ¡oh sorpresa!, se trataba de la ancestral y emblemática Perla de La Paz, la tienda departamental que atendió a generaciones de compradores, tanto locales como de otras partes y que en ese momento, estaba cerrando las puertas a su historia de 146 años de existencia.

Sirva pues este espacio, para recordar a una familia, los Ruffo y a una tienda, La Perla de La Paz, que fueron precursores de la actividad comercial en La Paz y Baja California Sur y del surgimiento de una sociedad sudcaliforniana moderna y dinámica, para aquellos tiempos. Todavía a inicios del siglo XXI, no podía concebirse a La Paz sin La Perla de La Paz y los CCC (Centro Comercial Californiano, hoy Chedraui) ambos de la familia Ruffo, que fueron  distintivos y visita obligada cuando se trataba de hacer compras.
Bomberos combatían el fuego hace diez años.

La Perla de La Paz fue fundada en 1860 por don Antonio Ruffo Santacruz, luego de haber incursionado en el negocio de la extracción de perlas, aquí en la bahía de La Paz, lo que le representó importantes ganancias. Llegó a La Paz junto a su hermano y dos hermanas, procedente de Quito, Ecuador. Habían salido de aquel país ante las revueltas sociales que ocurrían y su destino era San Francisco, California, donde pensaban establecerse. Viajando en barco, en septiembre de 1856, un huracán los obliga a refugiarse en este puerto. La escala que sería temporal, terminó siendo para siempre, al subyugarse a la tranquilidad y belleza del lugar.

La Perla de La Paz fue la tienda más importante del estado y una de las más reconocidas en la zona noroeste del país. Ahí se podían encontrar desde arroz, frijol, azúcar y café, hasta telas, vinos, ropa, joyería y perfumes finos, estos últimos que adquiría una naciente alta sociedad paceña y sudcaliforniana, así como aquellos visitantes que encontraban aquí, un territorio lleno de sorpresas e ilusiones. El edificio, toda una joya de la arquitectura, ubicado a una cuadra del malecón, con el paso del tiempo tuvo algunas modificaciones, pero la nave principal siempre existió y conservó ese ambiente que hacia introducirse a tiempos ya lejanos.

El 12 de octubre del 2006, muchos de los que vimos como las llamas consumían el inmueble, también sentíamos como se convertía en cenizas todo un emblema de la historia del comercio sudcaliforniano. Aún cuando la lumbre arrasaba todo a su paso, ante la impotencia de los Bomberos, se albergaba la esperanza de que, como el Ave Fénix, La Perla de La Paz resurgiera de sus cenizas. Diez años han pasado y el lugar donde se ubicaba, en Mutualismo y Agustín Arreola, es ahora un improvisado estacionamiento. La pared de lo que fue la hermosa fachada principal, hoy está sostenida por una estructura de acero, por indicaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia, ya que se trataba de un monumento histórico.
Así luce actualmente la pared de la fachada principal.


Desde luego que La Perla de La Paz sigue existiendo, pero en el local adyacente al otro lado de la calle, aunque ya sin el glamur y la sofisticación que encerraba el edificio original. Nunca se supo oficialmente el origen del incendio que acabó con esta tradicional tienda. Versiones hablaban de que había sido provocado o de que se trató de un accidente en el área de bodega. Difícilmente se sabrá la verdad, pero lo cierto es que esta tienda ya no está entre nosotros para invitarnos a evocar el pasado, desde finales del siglo XIX.

Posiblemente a estas alturas, La Perla de La Paz hubiera cedido ante la arribazón de grandes cadenas comerciales que hoy se encuentran instaladas en la capital sudcaliforniana. Tal vez se hubiera modernizado para estar acorde a los nuevos tiempos. Lo cierto es que su existencia de casi un siglo y medio, significó mucho para el desarrollo de La Paz y por eso, quedará inserta en la historia como una tienda que marcó en gran medida, el destino de esta ciudad.