-Prepara su
relanzamiento para el 2018.
Es bien sabido que el PRI en Baja California Sur está en la
lona; qué digo la lona, está cerca de la sepultura y respira por obra y gracia
de las prerrogativas oficiales, que le dan cierto aire para que al menos no se
desprendan las siglas sostenidas con kola-loca. El tema del PRI ha sido de
sobra tratado por los mejores politólogos que pueden haber, que son los
ciudadanos. A ellos no se les escapa una y se dan cuenta de que el tricolor, al
menos en la entidad, no camina.
Ante esto, surge la pregunta ¿a qué juega el PRI actualmente?
Y es que como oposición, no se le ve y como el partido que manda a nivel
nacional, tampoco se refleja aquí. Ya ven lo que sucedió hace algunos días en
la reunión de delegados federales, que se pretendió hacer priista, al exigirse que
se publiciten los logros en el estado del gobierno federal y el asunto chafió
por mala organización. Porque luego hay cada delegado federal, que muy, muy
institucional con Peña Nieto, pero a la hora de la hora le pone en bandeja de
plata, los logros a los gobiernos locales.
Todo porque el PRI no aparecen las cabezas y figuras que
puedan tomar el timón de una embarcación a la deriva. Y las tiene, porque gente
capaz existe en el tricolor, pero las pugnas internas de grupos no las dejan
llegar. Además, conforme pasa el tiempo, el famoso "voto duro" del
PRI se está ablandando como pan Bimbo, porque no hay quien aguante 17 años de
miseria política y por qué no, económica.
Al PRI en el estado le está sucediendo como al amigo Maya,
que quiso volver como en sus viejas glorias de los tacos de pescado, camarón y
mariscos, a mediados de los 90´s en Revolución y Morelos (hoy un Oxxo) y se
topó con que la abundante clientela del ayer o se había muerto o estaba
sometida a rigurosa dieta por eso de la diabetes, la presión arterial, los
problemas gastrointestinales y párele de contar, no por los tacos, que siguen
siendo de lo mejor, sino por la edad. Entonces, volver a formar clientela, le
está costando, porque además, la competencia es mayor que hace 20 años.
Así el Revolucionario Institucional, a 17 años de haber
dejado el poder, se encuentra con que de sus fieles militantes, una buena parte
ya está vieja y poco le interesan los andares políticos y otra se encuentra
sometida a dieta forzada, por lo que tienen que venderse al mejor postor y como
la mejor industria que puede haber en el estado, es el gobierno, pues se
incrustan ahí así tengan que vender su alma al diablo. Algunos han aguantado
como los machos y no han cedido al canto de las sirenas, pero qué puede hacer
alguien que está esperando un resurgimiento del PRI como el del Ave Fénix y
nada más no se ve para cuando. De nuevos cuadros, mejor ni hablar y ni se diga
de más militancia.
Se habla de la renovación del PRI a partir del 2017. Se
nombrará un nuevo presidente y se supone que para entonces los grupos
políticos, habrán fumado la pipa de la paz. Se supone. Esto suena hasta cierto
punto lógico, porque ese partido tendrá que competir en la elección del 2018 y
si no se pone las pilas, corre el riesgo de que el PRD y hasta Morena lo
desplacen y entonces sí, será la catástrofe, porque ahí sí la desbandada será
casi total.
Pero mientras se ponen de acuerdo, los ratoncitos del poder
le siguen comiendo el poco queso que les queda. Todavía tienen una posibilidad:
que la ciudadanía no está viendo resultados en los gobiernos azules y por lo
tanto, puede aprovechar ese descontento social. Pero si se siguen peleando, al
rato esos ciudadanos se van a ir por otras opciones, así de locas puedan ser y
eso, además de ser malo para el PRI, puede ser peor de malo para Baja
California Sur.
