domingo, 23 de octubre de 2016

¿A qué juega el PRI?



-Prepara su relanzamiento para el 2018.

Es bien sabido que el PRI en Baja California Sur está en la lona; qué digo la lona, está cerca de la sepultura y respira por obra y gracia de las prerrogativas oficiales, que le dan cierto aire para que al menos no se desprendan las siglas sostenidas con kola-loca. El tema del PRI ha sido de sobra tratado por los mejores politólogos que pueden haber, que son los ciudadanos. A ellos no se les escapa una y se dan cuenta de que el tricolor, al menos en la entidad, no camina.

Ante esto, surge la pregunta ¿a qué juega el PRI actualmente? Y es que como oposición, no se le ve y como el partido que manda a nivel nacional, tampoco se refleja aquí. Ya ven lo que sucedió hace algunos días en la reunión de delegados federales, que se pretendió hacer priista, al exigirse que se publiciten los logros en el estado del gobierno federal y el asunto chafió por mala organización. Porque luego hay cada delegado federal, que muy, muy institucional con Peña Nieto, pero a la hora de la hora le pone en bandeja de plata, los logros a los gobiernos locales.

Todo porque el PRI no aparecen las cabezas y figuras que puedan tomar el timón de una embarcación a la deriva. Y las tiene, porque gente capaz existe en el tricolor, pero las pugnas internas de grupos no las dejan llegar. Además, conforme pasa el tiempo, el famoso "voto duro" del PRI se está ablandando como pan Bimbo, porque no hay quien aguante 17 años de miseria política y por qué no, económica.

Al PRI en el estado le está sucediendo como al amigo Maya, que quiso volver como en sus viejas glorias de los tacos de pescado, camarón y mariscos, a mediados de los 90´s en Revolución y Morelos (hoy un Oxxo) y se topó con que la abundante clientela del ayer o se había muerto o estaba sometida a rigurosa dieta por eso de la diabetes, la presión arterial, los problemas gastrointestinales y párele de contar, no por los tacos, que siguen siendo de lo mejor, sino por la edad. Entonces, volver a formar clientela, le está costando, porque además, la competencia es mayor que hace 20 años.

Así el Revolucionario Institucional, a 17 años de haber dejado el poder, se encuentra con que de sus fieles militantes, una buena parte ya está vieja y poco le interesan los andares políticos y otra se encuentra sometida a dieta forzada, por lo que tienen que venderse al mejor postor y como la mejor industria que puede haber en el estado, es el gobierno, pues se incrustan ahí así tengan que vender su alma al diablo. Algunos han aguantado como los machos y no han cedido al canto de las sirenas, pero qué puede hacer alguien que está esperando un resurgimiento del PRI como el del Ave Fénix y nada más no se ve para cuando. De nuevos cuadros, mejor ni hablar y ni se diga de más militancia.

Se habla de la renovación del PRI a partir del 2017. Se nombrará un nuevo presidente y se supone que para entonces los grupos políticos, habrán fumado la pipa de la paz. Se supone. Esto suena hasta cierto punto lógico, porque ese partido tendrá que competir en la elección del 2018 y si no se pone las pilas, corre el riesgo de que el PRD y hasta Morena lo desplacen y entonces sí, será la catástrofe, porque ahí sí la desbandada será casi total.


Pero mientras se ponen de acuerdo, los ratoncitos del poder le siguen comiendo el poco queso que les queda. Todavía tienen una posibilidad: que la ciudadanía no está viendo resultados en los gobiernos azules y por lo tanto, puede aprovechar ese descontento social. Pero si se siguen peleando, al rato esos ciudadanos se van a ir por otras opciones, así de locas puedan ser y eso, además de ser malo para el PRI, puede ser peor de malo para Baja California Sur.